Cuento con 3 géneros diferentes- Llegué Tarde

 

Llegué Tarde -  Dramático

El reloj marcaba las 8.56 am y el café debe abrir a las 7.00 am.

—¡todos los días lo mismo loco! ¡Siempre tarde! ¡A mí me van a cagar despidiendo!— Voceaba Elena frustrada mientras salía de su casa — ¡Taxi! — gritó.

Se tomó el primer taxi en pasar, que en cuestión de minutos la dejó en la puerta del café.

— $990 serían — dice el taxista.

Elena le entrega un billete de $1000 y no bajó hasta recibir su vuelto de 10 miserables pesos — chau, ¡gracias!

Pues en aquel taxi se había ido casi el 80% de su propina del día. Desde la otra vereda puede ver, del café las luces apagadas aún, pues era ella trabajadora de turno que debía abrirlo.

— puta. — piensa — Bueno, si me meto rápido a la cocina nadie se va a dar cuenta de que llegue tarde y que crean que me demoré en abrir por limpiar los baños.

Con la cabeza gacha entra al establecimiento, da dos pasos y se queda a mitad del tercero, ya que en el transcurso de éste, sin mirar al frente se choca fuertemente con el torso de un hombre que la hace rebotar hacia atrás. Sus zapatos de vestir le indicaron quién era la persona. en tanto Elena levanta lentamente su mirada, ve su pantalón azul, combinado con un saco del mismo color y una camisa blanca por dentro. Un cuello arrugado y con manchas de piel que parecía no poder respirar por los botones de la camisa, y finalmente su rostro con aquellas amargadas expresiones y aquel habitual seño fruncido sobre los ojos celestes que la señalaban e intimidaban como si estuviese desnuda frente a miles de personas.

— ¿Querés saber la cantidad de dinero y clientes que perdí en tu ausencia? — Le dice lento en un tono bajo.

Tartamudeando Elena responde — n-no-no, no sé la-la verdad.

Gustavo guarda sus dos manos en cada bolsillo del saco. Éstas se movían dentro de donde se escondían. Saca velozmente su mano izquierda y con un movimiento torpe, casi golpeándose la cara, la lleva a su nariz. Inhala violentamente dejando rastros de cocaína en su bozo, un poco en el labio inferior, y en su mentón. Seguido de aquella fuerte escena sacó de su bolsillo derecho un arma.

Elena se encontraba helada, el aire se encontraba condensado en sus pulmones, pero con lo poco que le quedaba soltó un grito:

— ¡NOOOOO!

Por fuera,  en el café con las luces apagadas, se vió un destello.


Llegué tarde - Policial


En la tétrica sala de morgue de luces azules  "Mujer, rubia, alta, robusta, atractiva, de unos 20 años aproximadamente, encontrada antes del mediodía, muerte por un proyectil de arma de fuego" anota la investigadora Novoa en su libreta. 

— Evidentemente la bala quedó alojada en el cerebro, no tiene salida, pero a pesar de eso, intacta, no tiene ningún tipo de lesión o rasguño que indique que la hayan movido de donde la encontraron  agrega el forense — y no hay dudas que esto pasó hace menos de 3 horas  en aquella caja están sus pertenencias.

Solitaria en su oficina, hacía una profunda investigación a través de los objetos de la difunta, con todo tipo de información que éstos puedan proporcionar.

— Trabajó de niñera, ama de casa y al parecer del café de la Rivadavia fue su último sueldo  piensa en voz alta  El café fue donde la encontraron.

Sabía entonces que el hecho de que su muerte haya sido allí no fue casualidad, como pudo haber pasado con cualquier otro civil.

Ya en el café comienza las entrevistas. Los clientes habituales hablaban de ella como una trabajadora encantadora y predispuesta, enérgica y siempre atenta. Del personal algunos tenían más afinidad con ella y otros aseguraban nunca antes haberle interactuado. Luego de un largo día de entrevistas exhaustivas tanto para Novoa como para los trabajadores, ella se sentó a descansar y tomar algo.

— Señora, yo puedo darle información, pero necesito que sea de manera anónima  le dice una empleada.

Novoa le sonríe en modo de aprobación.

— Se dice entre el personal, que Elena mantenía una relación con un ex-trabajador del lugar y un amorío con el jefe, se dice que ella decía que él era su amante y segunda opción, que de haberlo conocido antes que a su novio, él sería el único en su vida   Dijo susurrando y rápidamente la joven. Y siguió limpiando los pisos.

Dada tan importante información, ya en la oficina, la detective averiguó todo lo que necesitó saber sobre Gustavo Holminich. Empresario multimillonario, dueño de exageradas cantidades de comercios reconocido por múltiples denuncias de estafas, robos multimillonarios y cooperar con la policía a su favor. Un hombre ávaro, rudo, grosero y descortés. También traficaba drogas y se decía que era susceptible a ellas y sus usos en exceso.

Declara su arresto. Para cuando se dieron cuenta, estaba prófugo. Lo buscaron por cielo y tierra, en todos los lugares habidos y por haber de la provincia de Buenos Aires, cerraron todo tipo de fronteras, provinciales y al exterior. Un oficial lo había reconocido en el Aeropuerto de Ezeiza y lo retuvieron. Pensaba escapar.

Al llegar la detective Novoa, sencillamente le pregunta —¿ Por qué?.

A lo que le responde — Porque la amaba, pero llegué tarde.


Llegué Tarde - Poema


llegar tarde a trabajar

cuando en el camino 

hay tantas cosas para admirar

todo se siente tan genuino


llegar tarde a trabajar

¿Qué es tarde?

Cuando podemos observar

Aquel bello amanecer que arde


llegar tarde a trabajar

sintiendo ese suave frescor del verano

pero cuidado que te pueden matar

quien diría que todo fue en vano.


 

 

 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Autopresentación

Llegué Tarde - Consigna del sueño